Tres mentiras de "la culpa"

La culpa es como un fuego químico en tu cerebro emocional. Activa la parte del cerebro que los científicos consideran como nuestra alarma moral (la corteza cingulada anterior).

Pero ¡ojo! no todas las alarmas son verdaderas. 

La culpa es un sentimiento humano que, pese a ser desagradable, forma indudablemente parte de nuestro ser. Son muchas las cosas que nos pueden despertar el sentimiento de culpabilidad, a veces reales y en otras producto de sospechas e ideas infundadas. Hay personas que pueden llegar a sentir culpa porque algo en su interior les dice que están haciendo las cosas mal, a pesar de no tener un motivo objetivo para creerlo.

Tipos de culpa:

1. Culpa sana (o adaptativa) que sentimos por haber hecho algo que dañó a alguien más. Es “la capacidad de hacernos responsables por las consecuencias de algo que hicimos.” Es como una brújula emocional: te avisa cuando lastimas a alguien y te motiva a reparar el daño. Es puntual, como un semáforo en rojo que luego se apaga.

1. Culpa tóxica (o patológica). Se vuelve excesiva o irracional, puede tener efectos perjudiciales en el bienestar físico, mental y emocional. Puede ser infundada por otros y estar asociada con la sensación de no ser una buena persona, de sentirse un fracaso o de decepcionar a otras personas. La culpa patológica es como un incendio sin control: nace del trauma, no de tus actos, y repite 'debes sufrir para compensar'. Es crónica, difusa y sientes que no tiene salida... hasta hoy.

¡IMPORTANTE!

Reconozcamos qué es ser resiliente. 

La definición oficial de resiliencia fue acuñada en 1992: La capacidad de ajuste personal y social a pesar de vivir en un contexto desfavorable y de haber tenido experiencias traumáticas. Ese ajuste psicológico implica la capacidad de resistir a las

adversidades, el control sobre el curso de la propia vida, el optimismo y una visión

positiva de la existencia. (Scheier y Carver, 1992).

La resiliencia en la práctica, es mucho más que tener la capacidad de resistir a las adversidades y tener el control sobre el curso de la propia vida y tener optimismo y visión positiva. Eso muchas veces aunado con la carga cultural y social  se traduce en aguantar con optimismo y ser positivas. 

Pero eso no es todo lo que la resiliencia significa. Si bien es cierto, en el curso de un evento que ocasiona trauma o dolor, debemos ser fuertes para resistirlo, también es cierto que dicho evento nos causó dolor, heridas, hizo patrones neuronales (caminos en nuestro cerebro) que programan respuestas automáticas para seguir sufriendo. 

La ciencia lo confirma: ser resiliente implica flexibilidad neuronal 

(adaptarte) + compasión (validar tu dolor). 

No es 'seguir adelante', sino 'elegir cómo avanzar'.

"Las 3 Mentiras de la Culpa"

📌 Mentira 1: "Si dejo de culparme, soy egoísta."

• Verdad neurocientífica: El cerebro confunde autocastigo con justicia. El amor propio no es egoísmo: es oxígeno.
• Ejercicio: Escribe: “Hoy me permito dejar de sufrir por _______. No es egoísmo, es libertad.'"

📌 Mentira 2: "Si dejo de culparme, pierdo el control de lo que pasó."

• Verdad Holística: La culpa es una ilusión de control. Creemos que si seguimos sufriendo, podemos retroactivamente cambiar el pasado.
• Ejercicio:
• Dibuja un círculo. Fuera escribe 'lo que no controlo'. Dentro: 'lo que SÍ controlo hoy'.

📌 Mentira 3: "Ser resiliente significa seguir adelante como si nada hubiera pasado.”

• Verdad neurocientífica: El cerebro resiliente no ignora el dolor, lo integra. Estudios muestran que quienes reconocen su sufrimiento recuperan su función cognitiva 40% más rápido que quienes lo niegan.
• Ejercicio:  3 Pasos para practicar la resiliencia

Escribe lo siguiente:

• "Hoy acepto que ______ me duele." (Validación).

"Me permito no actuar al respecto o tratar de solucionarlo por ______ horas/días." (Descansar, respetar tu ritmo).

"¿Qué pequeña acción me acerca a mi paz hoy?" (Elección para reforzar tu proceso de sanidad. Ej.: Salir a caminar, meditar o sentarme en silencio por 5 minutos, escribir una palabra amable.)

"La culpa patológica es solo un malentendido cerebral. Tu tarea no es luchar contra ella... sino reeducar a tu mente. ¿Lista para empezar?"

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Licda. Clara Ramírez

Abril 2025