¿Por qué explotas aunque no quieres?
Desbordes emocionales y cómo empezar a sanarlos
¿Te ha pasado que gritas, lloras, peleas o te alteras fácilmente? O, por el contrario ¿te apaga, sientes tristeza profunda, te desconectas y dejas de hacer las cosas que te gustan? Y después ¿te sientes culpable o exagerada? Como si algo no estuviera bien contigo.
Esto no es debilidad. Es un llamado de tu sistema nervioso. Hoy te invito a que pensemos en algo que muchas veces nos da vergüenza: cuando nos desbordamos emocionalmente... y no sabemos ni por qué.
Como siempre, a mí me gusta iniciar contándote qué dice la ciencia al respecto. Esto nos ayuda a quitarle la carga emocional innecesaria.
¿Qué es un desborde emocional?
Un desborde emocional ocurre cuando una emoción se sale de la tolerancia de tu sistema nervioso y toma el control de tu cuerpo, tu mente y tus acciones. No lo elegimos conscientemente. No es una falla de carácter ni falta de fuerza de voluntad.
Ejemplos comunes de desbordes:
- Gritar ante algo mínimo
- Llorar sin poder parar
- Quedarte paralizada o encerrarte
- Responder con sarcasmo, huida o silencio total
Neurodato: Cuando se activa el sistema límbico (cerebro emocional) y se desactiva la corteza prefrontal (cerebro racional), tu cuerpo entra en modo supervivencia. Tu capacidad para pensar con claridad disminuye. Reaccionas para protegerte, no para dialogar.
¿Por qué pasa esto?
Los desbordes emocionales tienen muchas causas posibles, y casi siempre están relacionadas con lo que hemos venido acumulando por dentro:
- Cansancio emocional crónico
- Trauma no resuelto
- Falta de límites sanos
- Aprendizajes de la infancia (“aguántate”, “no llores”, “no hagas drama”)
- Carga mental y falta de autocuidado
Es importante tomar en cuenta que "Nadie explota por lo que pasó hoy. El desborde es acumulación de lo que no pudiste expresar antes."
¿Cómo se puede empezar a regular esto?
En el momento que sientes que las emociones se salen de nuestro control, es importante respirar profundamente. Dale unos segundos a tu cerebro para que pueda hacer conexiones que te ayuden a responder de una manera más sana. La respiración es clave para esto. Reconoce tus señales físicas: tensión, nudo en la garganta, presión en el pecho. Y trata de relajar la parte del cuerpo que esté tensionada.
Luego, reconoce lo que estas sintiendo sin juzgarte. Ej. "Siento rabia, y está bien sentir esto." Y tomate un par de segundos para decidir conscientemente cómo abordar la situación que estás viviendo. Atender lo que está pasando con más tranquilidad y no necesariamente desde el impulso que te causa lo que estás sintiendo.
Sin embargo, no es suficiente "calmar el desborde". Es más importante atender la razón por la cual sientes que tienes poca tolerancia o que tus emociones se salen de control. No hay una solución mágica, pero hay maneras de atender esas emociones que a veces pareciera que se salen de control. Algunos pasos sencillos y poderosos que puedes realizar diariamente para cuidar de tu bienestar emocional:
- Haz pausas de respiración consciente, aunque solo sean 3 minutos al día.
- Practica autocuidado: hidrátate, haz ejercicio y cultiva una rutina de sueño saludable.
- Cuando alguna situación te afecte, trata de atenderla de manera asertiva a tiempo... no dejes que las situaciones se acumulen en tu mente sin resolverlas.
- Busca ayuda terapéutica. Acompañarte es una forma de autocuidado profundo.
Recuérdalo: Sanar no es dejar de sentir, es aprender a sentir sin que eso te cause daño a ti ni a otros.
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Mereces conocerte y atenderte de forma sana y consciente.
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Clara Ramírez
Psicóloga | Coach | Neurociencias aplicadas
Mayo 2025